Mujeres viven desafíos de género en la ciencia y la tecnología
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Mujeres viven desafíos de género en la ciencia y la tecnología
Mujeres que se dedican al ámbito de la ciencia y la tecnología compartieron sus experiencias personales durante el Seminario de Desigualdades en el panel “Desafíos de género en la ciencia y la tecnología” en el ITESO.
Montserrat Muñoz
El chiste machista del profesor en la clase de cálculo, las advertencias familiares de que vas a estar en un mundo de hombres, las invasiones al espacio personal de parte de los compañeros, la percepción de que si optas por ser mamá no puedes estudiar una ingeniería y las entrevistas fallidas de trabajo en las que inventan un pretexto para no contratarte por tu género.
Estos y otros desafíos han enfrentado mujeres que se dedican a la ingeniería, mismas que compartieron sus vivencias al respecto en el ITESO dentro del Seminario de Desigualdades en el panel “Desafíos de género en la ciencia y la tecnología”.
En la conversación participaron Mildreth Isadora Alcaraz Mejía, académica del Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática (DESI); Julia Urbina Pineda, cofundadora de la empresa especializada en ciberseguridad industrial CyberlloT, e Itzel Uribe Velázquez, estudiante y presidenta de la Sociedad de Alumnos de Ingeniería Electrónica en el ITESO.
Alcaraz Mejía compartió que, a lo largo de su vida, probablemente vivió momentos de desigualdad social que la hayan orillado a tomar ciertas decisiones. Sin embargo, “la educación que tuve me hizo que no me diera cuenta. Tuvo que ver el lugar en donde viví y crecí, un lugar pequeño, con una cultura machista, donde el papá era la figura más importante de la familia, donde las mujeres eran educadas para que fueran madres de familia”, recordó.
La también integrante del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII) nivel I recordó que, cuando terminó la carrera, su idea era seguir su formación con una maestría y un doctorado. Al escuchar su papá sus planes, él le comentó que estaba muy orgulloso de que quisiera estudiar más, pero también le externó que deseaba ser abuelo.
“Eso fue algo que me marcó, como diciendo, sí quiero estudiar, pero también está la familia. Nadie me dijo que lo hiciera, pero yo pausé el entrar al doctorado y me quedé en mi casa, como ama de casa, cuidando a mi hijo. No lo hablamos ni lo platicamos, por default lo hice”, recordó.
Ante esto, el mayor desafío que la académica percibe es tratar de combinar su vida personal con la profesional –tiene tres hijos, un esposo y un perro–, y es importante encontrar comunidades de apoyo, pues hay muchas mujeres que tienen habilidades para estas áreas pero que deciden no meterse porque existe esta creencia de que es muy complicado ser mamá: “es algo en lo que tenemos que trabajar mucho, buscar opciones de cómo dar ese apoyo y romper el mito de que no puedes combinar el ser mamá si te dedicas a las ciencias”, mencionó.
Urbina Pineda, quien ha sido integrante de mesas de trabajo académicas, empresariales y gubernamentales relacionados con la tecnología 5G, la ciberseguridad y la industria 4.0, reconoció que hay una normalización respecto a muchos prejuicios identificados con el rol que la mujer puede tener en el mundo de la ciencia y la tecnología.
“Yo sí me fui directo de la maestría al doctorado. Mi asesor me dijo: ‘ve reduciendo tu número de novios, y en cinco años no vayas a pensar en casarte o tener hijos’. Yo siempre he sido rebelde, entonces sí le contesté: ‘creo que mi vida privada no tiene nada que ver con esta parte’”, expresó.
De hecho, recuerda que, en sus tiempos de estudiante sus colegas varones la hacían menos e incluso le tocó llegar a ver compañeras que desertaron en la licenciatura y en la maestría, pues no se sentían cómodas con esa presión. Ya como profesional, optó por fundar su empresa ante las dificultades para encontrar trabajo aun estando sobrecalificada, cuando en realidad había otros motivos.
“Una chava empezó en una carrera de Ingeniería Eléctrica y Comunicaciones y luego se pasó a una carrera ‘femenina’. ¿De cuándo acá las carreras tienen género?”, dijo la también ingeniera en electrónica y comunicaciones por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
Como integrante de la rama estudiantil del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) del ITESO, a Itzel Uribe Velázquez le ha tocado un panorama un poco más alentador gracias a la lucha de quienes la antecedieron. De hecho, su hermana fue la primera mujer en su familia que se decidió a estudiar ingeniería. “Ella abrió las puertas y me inculcó ese interés para decidir el camino para mi futuro. Sí tuve algunos cuestionamientos de mi padre; me decía, ‘vas a estar con puros varones, ten cuidado, no vayas a hacer algo que de lo que te vayas a arrepentir’, ya sea por embarazo o porque fueran a abusar de mí. Pero he encontrado un grupo de hombres que me protegen de esas personas que tienen el ego muy elevado y me tratan de tirar”, señaló.
Durante su paso por el ITESO ha concursado en olimpiadas de matemáticas e incluso ganó un tercer lugar la Olimpiada de Jalisco 2020. Pese a estos logros, sabe que la ingeniería sigue siendo un lugar de espacios reducidos para las mujeres y que aún carga con muchos estigmas.
“En mi carrera somos 25 mujeres y hombres son 150. Hay que hacer visible esta brecha de desigualdad no sólo de género, también la socioeconómica, diferencias de identidad, de orientación sexual”, comentó, a lo que añadió que la educación es una herramienta fundamental para crecer.
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