¿Tiene ventajas el uso de smartphones en el aula?

Gustavo Abarca

El uso de teléfonos celulares se ha masificado en los últimos años.

De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Internet (Amipci), 51 por ciento de la población mexicana accede a internet y 58 por ciento de los cibernautas se conecta a la red mediante un teléfono inteligente, también llamado smartphone.

En este contexto, ¿hay alguna implicación educativa en el uso de los teléfonos inteligentes? Esta es una de las cuestiones que analiza un trabajo de investigación que se desarrolla en el Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES) del ITESO.

Juan Carlos Silas Casillas, académico del DPES y profesor de la asignatura "Proyecto de investigación en el aprendizaje" —desde la cual se ha investigado sobre este tema—, comenta: "sabemos que todos (los alumnos) traen un celular, que esperan la mínima oportunidad para checar su correo o sus mensajes, durante las clases". Pero ¿es posible que el dispositivo sea útil en el proceso de aprendizaje? ¿De qué manera?

Durante la primera etapa del proyecto, llevada a cabo en el segundo semestre de  2015, se aplicaron mil 400 encuestas, las cuales fueron contestadas en tres secundarias, mismo número de preparatorias y en esta casa de estudios.

Además, en las mismas instituciones educativas, que atienden a jóvenes de clases media-alta y alta, se hicieron observaciones y entrevistas.

En el proceso colaboraron 16 estudiantes de la Licenciatura en Ciencias de la Educación. En este primer semestre de 2016 participarán 19 estudiantes en el proyecto.

"Nos dimos cuenta de que el uso de los celulares es más marcado de lo que esperábamos. Es omnipresente. En la institución educativa que tuvo un perfil de uso menor fue de 93 por ciento. En las demás escuelas fue de entre 96 y 99 por ciento", platica Silas, quien también coordina el Doctorado Interinstitucional en Educación.  

_{Samanta González, Carla Sarabia, Ana Laura Cerna, Paulina Jiménez y Estefanía De Alba.} 

De acuerdo con Samanta González, una de las alumnas que participó en la primera etapa de la investigación, el objetivo de la investigación es "comprender cuáles son los aprendizajes que tienen los jóvenes entre 12 y 29 años de edad a través del uso de los smartphones, y la forma en cómo los logran. La meta del semestre consistió en reconocer el tamaño del fenómeno, la frecuencia y la densidad de uso".

Entre de los resultados arrojados por las encuestas se encontró que el principal uso que se le da al smartphone es el contacto con los amigos, por medio de redes sociales y mensajes. La aplicación más utilizada es WhatsApp.

¿La información es conocimiento?

La búsqueda de información relacionada con lo que se ve en las clases es una de las acciones para las cuales se utiliza el dispositivo en las aulas, comenta Paulina Jiménez, estudiante de tercer semestre de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, quien participó en el proyecto.  

Sin embargo, el equipo destaca que obtener información no es crear conocimiento. "Por ejemplo, tengo una biblioteca pero no sé lo que viene en los libros. Eso no es conocimiento", añade Ana Laura Cerna, otra de las alumnas que colaboró en la investigación.

Silas agrega que este factor es delicado, ya que "la información es un trozo de realidad, pero que necesitas ponerlo a trabajar, dialogarlo y hacerlo que te sirva para tus fines".

En este sentido, el académico resalta que hay una tendencia que consiste en pasar de las tecnologías y disciplinas "inteligentes" a "sabias", con la intención de que ayuden "no tanto a obtener datos, sino a ayudar a las personas a saber cuál es el fenómeno que están viendo, y cómo puede entenderse".   

Comunicación fragmentada, pero permanente

El teléfono es utilizado con fines de comunicación, pero su uso primario, que es hacer llamadas, es aprovecho en apenas el siete por ciento de los encuestados, comenta Silas.

El contacto con otras personas se lleva a cabo mediante aplicaciones como WhatsApp y redes sociales como Facebook, plantea Carla Sarabia, estudiante que participó en los procesos llevados a cabo el semestre pasado.

De esta manera, podría definirse que los llamados teléfonos inteligentes son dispositivos de comunicación, pero no teléfonos, añade el académico.

Los datos son distintos a los presentados por la Amipci en su Estudio sobre los hábitos de usuarios de internet en México 2015, en el cual se presenta que 94 por ciento de las personas que utilizan este tipo de aparatos lo usa para hacer llamadas; 87 por ciento, para navegar en internet, y 79 por ciento, para buscar información, entre los usos más comunes.

Entre de los resultados obtenidos por las estudiantes, Estefanía de Alba, colaboradora del trabajo, comenta que los entrevistados "prefieren evitar contacto y, en su lugar, mandar un mensaje. Sólo hacen llamadas en un caso de extrema urgencia".

Cerna añade que entre los jóvenes, si no se está en WhatsApp, se sabe "nada de lo que pasa en su entorno. Es el medio para enterarte de lo que sucede a su alrededor".

El intercambio que se da por medio de mensajes, tanto de texto como vía WhatsApp, es permanente. Sin embargo, no se pasa de diez personas con las que frecuentemente se está en contacto, plantea Jiménez.

Silas añade que "son mensajes cortos todo el tiempo. Los jóvenes están acostumbrados a eso. Se trata de saber que vas a comunicarte todo el tiempo. La omnipresencia no da profundidad".

El académico adelanta que en durante el primer semestre de este año se trabajará en "buscar aplicaciones educativas, hacer experimentos sociales, llevar a cabo ejercicios, problemas, casos y actividades que tengan dos candados: que se resuelvan junto con otras personas y sólo por el celular".

"Aprendemos todo el tiempo y en todos los lugares. Las escuelas están para formalizar y legitimar el conocimiento, pero éste se adquiere las 24 horas por todas las vías. Vamos a ver cuáles son esas vías que utiliza la gente por medio del teléfono celular", finaliza el académico.